Vacunación

El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa causada por el virus del sarampión, un paramixovirus que se transmite a través de gotículas respiratorias cuando una persona infectada tose o estornuda.

Los síntomas aparecen entre 7 y 14 días después de la exposición e incluyen:

  • Fiebre alta (puede superar los 40 °C).
  • Erupción cutánea que comienza en la cara y se extiende por el cuerpo.
  • Tos seca.
  • Congestión nasal.
  • Ojos rojos e irritados (conjuntivitis).
  • Manchas de Koplik (pequeñas manchas blancas dentro de la boca, típicas del sarampión).

Aunque suele resolverse sin problemas, el sarampión puede causar complicaciones graves, como neumonía, encefalitis o incluso la muerte, especialmente en niños pequeños y personas con sistemas inmunológicos debilitados.

La mejor forma de prevenir el sarampión es la vacuna triple vírica (SRP), que protege contra sarampión, rubéola y paperas. Esta vacuna es segura y altamente efectiva.


Funcionan entrenando al sistema inmunológico para reconocer y combatir un patógeno (como un virus o una bacteria) antes de que cause una infección grave. Esto se logra introduciendo en el cuerpo una forma inofensiva del patógeno o partes de él, lo que desencadena una respuesta inmunitaria sin causar la enfermedad.


La tosferina es una infección respiratoria altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis. Se caracteriza por episodios de tos intensa y persistente, a menudo seguidos de un sonido agudo al inhalar (el «gallo» característico).

La enfermedad pasa por varias fases:

  1. Fase catarral (1-2 semanas): síntomas leves similares a un resfriado, como moqueo, estornudos y fiebre leve.
  2. Fase paroxística (2-6 semanas): ataques de tos severos, dificultad para respirar, vómitos después de toser y sonido agudo al inhalar.
  3. Fase de convalecencia (semanas o meses): la tos disminuye gradualmente.

Se transmite por gotas de saliva al toser o estornudar. La mejor forma de prevenirla es la vacunación (DTPa en niños y Tdpa en adolescentes y adultos).

En bebés, puede ser grave y llevar a complicaciones como neumonía o daño cerebral. Por eso, se recomienda la vacunación de embarazadas y personas en contacto con lactantes.